miércoles, 23 de abril de 2014

Que la verecundĭa sea con vosotros

vergüenza
(Del lat. verecundĭa).
1. f. Turbación del ánimo, que suele encender el color del rostro, ocasionada por alguna falta cometida, o por alguna acción deshonrosa y humillante, propia o ajena.
2. f. Pundonor, estimación de la propia honra. Hombre de vergüenza.
3. f. Encogimiento o cortedad para ejecutar algo.
4. f. Deshonra, deshonor.
desvergonzado, da.
(Del part. de desvergonzarse).
1. adj. Que habla u obra con desvergüenza.
desvergüenza.
1. f. Falta de vergüenza, insolencia, descarada ostentación de faltas y vicios.
2. f. Dicho o hecho impúdico o insolente.
sinvergüenza.
1. adj. Pícaro, bribón. U. t. c. s.

2. adj. Dicho de una persona: Que comete actos ilegales en provecho propio, o que incurre en inmoralidades. U. t. c. s.

Recojo aquí cuatro definiciones del diccionario de nuestros amigos de la RAE. De la primera entrada he cogido sólo cuatro acepciones porque yo, como todo hijo de vecino, manipulo la realidad para mi propio beneficio.


Supongo que el tema del post de hoy está claro: la vergüenza. Parece ser que ahora la vergüenza es un defecto. Y mi reacción a esto es “¿perdona?” Con un poquito más de vergüenza no estaríamos donde ni como estamos. Si se hubiera conservado ese pundonor que cita la RAE no estaríamos rodeados de gente que cuenta y enseña sus vergüenzas sin pudor alguno. Sin pensar en el daño que hacen a sus congéneres, a la especie humana. La vergüenza es lo que hubiera mantenido la dignidad en este mundo.

A los niños desde pequeños intentamos quitarles la vergüenza. Y lo sé porque tengo una hija tímida a la que la gente le espeta "¿Estás enfadada?" y yo (que hablo por ella porque también es parca en palabras) "no. Es que es vergonzosa." Cuando en realidad querría decir "señor/a mi hija no le conoce de nada. Tiene un año y medio y ninguna necesidad de hacerle a usted una gracia. Besis." (a veces cambiaría el "ninguna" por "puta").



Empiezo a plantearme de forma muy seria que al convertir la vergüenza en defecto la hemos perdido en todas sus acepciones. Incluso en las que son casi sinónimas de ética o moral. Voy a poner un par de ejemplos:

Si las personas que alcanzan un nivel elevado de poder estuvieran provistos de la virtud que hoy nos atañe, no hubieran sido capaces de apoderarse de las vidas de los demás y vapulearlas con el único fin del propio enriquecimiento. Un suponer.

Si los tertualianos que vemos prodigarse por platós de televisión y estudios de radio tuvieran un poquito de vergüenza no estaríamos tan mal informados sobre la realidad que nos toca vivir y seguiríamos viendo como normal no hablar de un tema que desconocemos. A este punto debo añadir que escuchando la radio en mi viaje en coche de Semana Santa he encontrado que parte de culpa la tiene Fito, el de Fito y Fitipaldis, que canta “a perder el miedo a quedar como un idiota”. Pues no oiga, no. Quedar como un idiota es de lo más patético que puede pasarle al ser humano y sobre todo si lo hace sin vergüenza alguna.

Sobre la vergüenza ajena no voy a hablar que me sulfuro.

NOTA: He pasado unas vacaciones estupendas, no os penséis, que el post ya lo tenía a medias antes de irme.  

IMPORTANTE: al programar el post he caído en que esto se publicará el día Sant Jordi, con lo bonito y original que hubiera sido un post al respecto. A mi bola hasta para esto. Un desastre. Feliç Sant Jordi!

4 comentarios:

  1. Que gran verdad! Últimamente también he leído sobre todo lo que tiene que aportar la gente introvertida, me parecen cualidades valiosas.

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    1. Es que convertimos cualidades en defectos con demasiada facilidad.
      Gracias por comentar.

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  2. Cuánta razón en este post. Nunca me había parado a pensar sobre ello, así que gracias :)

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    1. ¡Gracias a ti por leerlo y sobre todo por darme la razón!

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