Hace un par de posts (no quiero confirmarlo, pero me temo
que literalmente) os estaba cantando los mayos y resulta que así, a lo
tonto, estamos a un tris de cantar el "pobre de mí". Si la vida 2.0 pasa
rápido, en este blog de culto y al alimón vamos como un tren bala
chino. Sí, como un tren bala chino, en los blogs de culto tenemos
siempre como referente el lejano oriente. ¡Ah! Y las minorías étnicas,
que aunque los modales del lector son exquisitos y nadie pregunta, yo sé
que en el fondo os morís todos porque escriba mi segunda parte del
viaje a Chiapas.
A diez de julio, estamos con las vacaciones por estrenar y la
palabreja de marras pululando en el ambiente (se nota, se siente):
DESCONECTAR. Por un lado están los que desconectan y por otro los que
cargan las pilas. Sinceramente, no sé en qué árbol ahorcarme. No sé si
es que me hago mayor o que el espíritu de Alfonso Ussía se ha apoderado
de mí, pero lo cierto es que la gente que habla de "desconectar" o de
"cargar las pilas" a mí me parece una cursi redomada. Hala, ya lo he
dicho.
En verdad, en verdad os digo, que no sois menos hombres,
menos mujeres, ni menos veraneantes por usar Twitter en vacaciones.
Además, ya están las compañías telefónicas para velar por vuestra
ansiada desconexión. Cuando os fundáis los datos y no os funcione ni
whatsapp, consideradlo una señal divina, relajaos y disfrutad.
En mi opinión, la desconexión sólo tiene un
gran beneficiado, y es el amigo del veraneante. El sufrido amigo que
antaño sólo cumplía condena una vez en la vida en la ahíta contemplación
de las fotos de la luna de miel, se encuentra ahora atrapado en un
fuego cruzado de fotos, cada cual más pretendidamente exótica que la del vecino, que justifique el más que probable año de mierda que llevan a
sus espaldas sus autores. Y, ojo, que en un grupo de whatsapp la cosa,
aunque entra en feroz competencia, se diluye, pero en un mano a mano no
resuelves la papeleta con un par de emoticonos. Hay que dar
conversación. O hacer nuevos amigos que "desconecten" de verdad.
Que cada cual se divierta como pueda, o como le dejen.
Sin ser una yonki (o quizá sí), abogo por la naturalidad en cada aspecto de la vida.
Creo que bastantes prohibiciones tenemos que tragarnos ya como para
autoprohibirnos algo. Si uno no es capaz de autogestionarse en las redes, quizá ése sea el menor de sus problemas. Por mi parte, estaré también cargando las pilas...
y entre ellas las del móvil.
Parece que el blog de culto se ha hecho tan de culto que inspira temor reverencial hasta para comentar.
ResponderEliminarYo ni desconecto, ni cargo las pilas, ni hago los deberes, ni pongo en valor. Y llevo casi toda la semana viendo la 2 por las noches. Voy a hacerme un altarcillo.
Gwilt
Yo es que lo veo una tontería, las redes sociales son un entretenimiento y las vacaciones no están para morirte del asco
ResponderEliminarParadojas de la vida, mientras unos van, otros están de vuelta... Yo espero aprovechar el verano para CONECTARME y enterarme por fin de qué es eso del Twitter (me ha entrado la duda había escrito Tweeter...). A ver si para septiembre tienes otra seguidora!
ResponderEliminarMaría
Me daba un poco de miedo confesar que hago algo tan de masas como seguir este blog de culto en Bloglovin. Pero soy la cuarta así que ya han pecado otros antes y eso, a alguien tan simple como yo, le tranquiliza.
ResponderEliminarPara ponerse las pilas a tope, nada como tener un cerebro bien amueblado,,,
ResponderEliminar#ahílodejo