Esta
primavera voy a organizar el día del Orgullo Mainstream. Está todo pensado. Me
falta atar algún fleco con el ayuntamiento y Protección Civil, pero lo gordo ya
lo tengo: a Ana Botella le ha flipado el nombre.
Será en domingo, que es un día muy mainstream. Y cortaremos
el tráfico también al estilo mainstream, como si del día de la bici o del
ganado trashumante se tratara. En los altavoces sonará también algo mainstream,
como Raphael. Sí, Raphael, el del anuncio de la lotería. Espera, no, que Raphael
va en agosto al Sonorama y es hipster. Es que me lío. Por eso el día del
Orgullo Mainstream es necesario.
Y es que será porque crecí en un pueblo (en un pueblo de los
de verdad, de los de ovejas por la calle todo el año, no en la semana de la
lana en el callejón de Jorge Juan) que a mí todo esto me agota. El concepto
básico, resumiendo, consistiría en ser muy guay, gustándote cosas distintas al
resto, y encima descubriéndolas el primero. En cuanto llega el resto, lo que
antes era muy guay deja inmediatamente de serlo y hay que salir corriendo a buscar
otra cosa. Si no lo estoy entendiendo mal, las cosas no son guays por ser guays
en sí mismas, sino porque sólo las conocen unos cuantos ungidos por el divino. Lo
dicho, me agota.
Vaya por delante que el afán por ser muy guay, muy exclusivo
y el primero no es sólo cosa modernos. Eso es un mal común. El problema es la
demonización/ensalzamiento de personas, animales o cosas con criterios
arbitrarios que escapan a mi conocimiento. Beber GTs en un tarro de mermelada
puede ser lo más, pero comer hamburguesas en una franquicia podría estar penado
con la cárcel.
Personalmente les compadezco, porque llegarán cansadísimos a
la cama. Debe de ser un sufrimiento interno terrible gustarte las mochilas
nórdicas pero que tu hijo te suplique una de Spiderman, ser fan de Bombay
Bicycle Club o Travesti Afgano pero ir a una boda y darte cuenta que en tu lóbulo
temporal está todo, todito, todo lo de El Canto del Loco y La Oreja de Van Gogh.
Terriblemente terrible que todo lo que
comes, bebes, vistes, visitas, lees, y, atención ¡fotografías! tenga que ser la
pera limonera, siendo la pera con denominación de origen y procedente del
cultivo ecológico.
Lo dicho. A Ana Botella le flipa el nombre. El día del
Orgullo Mainstream es un bien necesario y el primer fin de semana de mayo que no
tenga boda, comunión, o bautizo, pienso celebrarlo.
En sustitución de Raphael (con h intercalada de hipster) yo voto por Camilo Sesto. Porque los fanes, lares y penates de los Bombay o los Afganos no pueden resistir la compulsión de gritar "¡Melancolíiiiiiiiiiiiia! Ni ellos, ni ninguno.
ResponderEliminarGwilt
A mí mientras no me pongas una conga, a grito pelado, copazo en mano, te grito lo que sea. Así de mainstream, y de ordinaria.
EliminarViva el #corrientismo
EliminarGwilt
No puede ser que insistamos en usar palabros en inglés para todo y queramos ser los reyes de la originalidad...
ResponderEliminar¡Cambiemos de idioma! ¿Cuál propones?
EliminarMe superencanta, yo amagué una temporada con ser culjanter hasta que asumí que mi naturaleza es la de maruja multitask de provincias
ResponderEliminarLos que teníamos el monedero del osito de Acosta somos así. Es un hecho.
Eliminarjajajajajajajajaja me estás definiendo? yo siempre llego la primera, pero xq soy culjanter. Mainstream son los demás! (no veo nada)
ResponderEliminar¿Y te dan premio al llegar a la meta? Yo es que ya sabes que de correr soy poco. También salen ronchas.
Eliminarclaro! por eso tb soy runner :-P
EliminarLo bueno de ir a la bola de una misma es que eres la primera y original una vez cada década, más o menos. Como los relojes parados que dan la hora correcta dos veces al día :D
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