Hace más de 15 años tuve una sensación muy
extraña. Era mi primer día en un colegio nuevo, y, de pronto, en mitad del
recreo, miré a mi alrededor y me agobié al darme cuenta de que sólo había
niñas. Niñas paseando del brazo, niñas jugando a la comba, niñas sentadas en un
rincón fumando a escondidas.
Niñas. Sólo niñas.
Niñas. Sólo niñas.
El pasado viernes estuve cenando en
el penúltimo restaurante moda. A eso de la una de la mañana (el doble turno, ya saben) levanté la vista y
recordé aquella sensación al ver que en el restaurante sólo había niñas (niñas ya
creciditas, de 25 a 40 años). Niñas acabándose un brownie, niñas tomando GTs,
niñas alargando el momento de que les trajeran la cuenta.
Niñas. Sólo
niñas.
Al igual que los restaurantes de menú, de estudiantes, o familiares están bien asentados y definidos en nuestro imaginario colectivo, los restaurantes "de chicas" son una nueva categoría que se ha hecho un hueco dentro del panorama hostelero. Si la Guía Metrópoli no ha incluido una sección es por ahorrarse la avalancha de insultos por sexismo, pero ser necesario, lo es.
Al igual que los restaurantes de menú, de estudiantes, o familiares están bien asentados y definidos en nuestro imaginario colectivo, los restaurantes "de chicas" son una nueva categoría que se ha hecho un hueco dentro del panorama hostelero. Si la Guía Metrópoli no ha incluido una sección es por ahorrarse la avalancha de insultos por sexismo, pero ser necesario, lo es.
¿Cuáles son los atributos de un restaurante de chicas? En los restaurantes de menú
triunfan las tragaperras y los torreznos, los estudiantes piden bravas baratas
y pantallas grandes para ver el fútbol, los padres de familia buscan globitos,
pinturas y tronas. ¿Qué buscan las
chicas?
Si hace unos años se llevaba el
plástico blanco o las camas balinesas (por etiquetar generosamente a cualquier
colchoneta), ahora lo divino es la cochambre. Y lo de "cochambre"
lo decimos a coro mi amigo Diógenes y yo. Hasta nosotros dos tenemos un límite.
Se puede tolerar el exceso de
decapante, el enésimo baño con azulejo metro, las cocas que saben a pizza del
Dr. Oetker y que, a eso de las doce y media, tu conversación tenga que luchar
contra un chunda-chunda atronador (hay formas más sutiles de hacer notar al comensal
que en el garito también se ponen copas, en serio). Pero lo que ya hace pensar
que las chicas que vamos a estos sitios (voluntariamente y pagando) somos
tontas, o nos lo hacemos, es tragar literalmente con esto, y que nos parezca
ideal:
Romper un plato a propósito para después comer en él, no es de ser moderno, ni retro, ni vintage, es de ser un soplagaitas. Le guste a mucha niña mona (y toda sola) o no.
Señores inspectores de sanidad de la
Comunidad de Madrid: si la
legislación obliga a que las cocinas tengan las esquinas redondeadas y las
encimeras sean pulidas, si los cocineros no pueden usar joyas ni mascar chicle,
es de cajón que un plato roto, donde las babas del prójimo y sus
circunstancias (o sea, la mierda) se acumulan en la porosidad de la loza,
es un peligro potencial para nuestra salud. Háganlo por nuestra higiene
física y nos llevaremos de premio la higiene mental.
Eternamente agradecida.
Me parece de coña que te sirvan en un plato roto. Que las escaleras de bajada al baño den grima pura de sólo ver la pared ennegrecida del roce y dejarlo porque es "vintage" bueno, pero a mí me dan un plato así y lo tiro al suelo directamente para que no lo puedan volver a usar.
ResponderEliminarEn la bajada al baño han dejado/imitado humedades. ¡Con lo que he sufrido (y sufro) yo las mías!
Eliminarmenuda imbecilidad de sitio! creo que se cuál es
ResponderEliminarPiensa mal y acertarás.
EliminarDonde es? Para no ir!!! Pero tienes razón...hay un nuevo mercado de sitios "cool" para chicas!!
ResponderEliminarVa con los tiempos y me parece bien, pero sin tanta tontería, mejor.
EliminarEs el Dry Martina? es un sitio de lo más pretencioso
ResponderEliminarDecía mi señorita en el cole "se dice el pecado pero no el pecador".
EliminarEsta claro que al Dray Martina ese no iré, a parte de eso muy de acuerdo en lo de hay restaurante para chicas, y vinos para chicas etc.... es más te diré mi última teoria: hace años que se beben GT normalitos sin mucha parafernalia, esta ultima moda de maridaje etc... es simplemente porque las mujeres es un gran sector y es una manera de atraer nuevo público, así lo veo yo. Pero bueno que yo me apunto a todos, eso si platos rotos o incluso mal lavados no va conmigo, por muy IN que sea el sitio.
ResponderEliminarSi hay que elegir, prefiero un plato roto a uno mal lavado. Al menos la porquería es menos evidente, y ojos que no ven, corazón que no siente.
EliminarQuerida Boti,
ResponderEliminarDespués de reflexionar mucho tras leer tu post te diré que el problema de los restaurantes de chicas no son ni las chicas ni los platos rotos, son los Chef progres que se empeñan en que no comamos. Mi otro yo, la que esta adieta, pasa hambre en esos restaurantes.
¡La culpa de todo es de la televisión! ¡Que imponen cánones de anoréxicas! ¡Muerte a la rúcula! -dijo la boticaria enajenada y enardecida-.
EliminarPretencioso, claramente, caro para lo que es y con mucha tontería manifiesta, en el sitio y en los clientes... Lo del Dr Oetker me mata lentamente cada vez que lo dices
ResponderEliminarBesos Boti
Ya sé que a ti te gustaron, pero te lo perdono porque eran ya las doce de la noche y con tanto tercio giganto y ¿botella? de vino, tenías más hambre que Carpanta. Besitos
EliminarYo al revés que tú, me he criado con bastantes chicos alrededor, me solía llevar mejor con ellos, y aunque no tengo nada en contra de nuestro género. de hecho con la edad, he mejorado mi relación con él, reconozco que en muchos aspectos los prefiero a ellos.
ResponderEliminarPero un plato roto y suciedad, no me van, por mucho que sea de" chicas" o no....
Hay que ampliar el mercado, y si ahora estamos de moda...pues ahí que ven el negocio, de nosotras depende que prolifere.
Un placer leerla.
Boquiabierta me hallo... Gracias a dios, a mi pequeña ciudad no ha llegado esa moda sexista de los restaurantes. Qué aburrido, por dios! un restaurante sin hombres... Y lo de los platos rotos... Mejor no decir nada. Yo hubiera pecado de pardala y habria avisado al camarero en plan "perdone-pero-se-les-ha-roto-un-plato-y-no-se-han-dado-cuenta".
ResponderEliminarMadrid se está llenando de bares de chicas, que tb tiene guasa que los llames de chicas cuando las que van tienen ya unos añitos
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