jueves, 9 de enero de 2014

Thonet o el low cost hecho icono

En el principio, Dios creó los cielos y la tierra, el cielo y el mar, los peces y las aves... y vio que todo era bueno, pero tuvieron que pasar miles de años hasta que, en 1859, Michael Thonet inventara La Silla: la Nº14.

Hoy, cuando todos nos matamos por el plástico de los Eames, o por esos pedazos de metal abollado con patas recién  sacados de un desguace, es de justicia hacer un canto a la silla de toda la vida, la de madera. Ésa que, por popular, pasa desapercibida pero que durante más de un siglo ha resuelto cómoda y elegantemente la papeleta de nuestros cafés y bares.



¿Por qué fue la elegida?

El Sr. Thonet, que también tenía en común con Jesucristo ser hijo de un carpintero, tuvo la misma idea que los suecos, pero unos cien años antes: abaratar costes en la producción y transporte de sus sillas. La silla Nº14 (llamada así porque llevaba ése número en el catálogo) fue la primera en venderse embalada "por piezas". Estas piezas podían ensamblarse de forma sencilla una vez en destino, sin necesidad de que las montara un profesional. Se convirtió en la "Billy" de las sillas: era barata, sencilla y funcional. A mayores, Thonet, que era un emprendedor muy listo, incluyó como novedad el empleo de la rejilla en el asiento, lo cual facilitaba su limpieza en el caso de derramamiento de líquidos. Había nacido La Silla.





La Mecedora: su gran obra

Pues sí, hubo vida antes de la RAR, y también se lo debemos al Sr. Thonet. Gracias a su sistema patentado para el torneado de la madera en caliente, Thonet diseñó una mecedora en 1860 considerada precursora de las actuales. Se trata de piezas "algo historiadas" y de gran volumen que no se acoplan en cualquier rinconcito, pero, sin duda, tienen alma. Un fan ilustre: Pablo Picasso.



Originales y copias

Hasta 1930 se vendieron unos 50 millones de sillas modelo Nº14 y por ello hoy todavía es frecuente encontrarlas en las casas de los abuelos y en los cafés de mayor solera. Distinguir un original es relativamente sencillo. Si encontráis una "sospechosa" por algún desván, sólo tenéis que mirar bajo el asiento en busca de la característica etiqueta que llevan todas en el lateral. Si vuestra silla lleva premio, enhorabuena y a disfrutarla (y si no, todavía podéis ser felices pensando que algún desaprensivo se la arrancó).




7 comentarios:

  1. Yo esperaba algo tipo pimpinela, la verdad...

    La thonet está muy sobrevalorada. Sólo la salva en la comparación con ikea, que es de madera.

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    1. No sé si lo dices por picarme o porque realmente lo piensas. Ambas cosas me parecen fatal.

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    2. Por quién me tomas!! Nunca me había parado a pensar qué sentía por las thonet pero ha sido ver que les has dedicado un post y caer en la cuenta de que es una vulgar silla de madera. Y sobre el asiento de rejilla, mejor ni me pronuncio...

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  2. Este blog está pidiendo una foto de León Felipe aposentado sobre una Thonet en el lateral.

    Gwilt

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  3. A mi esta silla nunca m ha resultado cómoda, pero, dejando de lado las variantes anatómicas d cada cual, no deja d ser cierto q fue revolucionaria en su época!!!

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  4. He visto esto y me he acordado de tu post http://www.designsponge.com/2014/01/design-icon-thonet-chair.html. Encantada de leerte.

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