Yo tenía veinte años y estaba de puente en Sevilla. Mis tíos, modernos de carné (que no de borsalino), me llevaron a ver una exposición, en principio inofensiva. Recuerdo el impacto al ver un vídeo de una señora con un traje de flamenco blanco. A medida que la señora se iba pinchando en distintas partes de su cuerpo con un alfiler, iban apareciendo lunares de sangre sobre el vestido.
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Imagen Pilar Albarracín. Lunares, 2004 |
En aquel momento no entendí absolutamente nada (y no tengo pudor alguno en reconocerlo) pero me impresionó y pasé el resto del fin de semana friendo a mis tíos a preguntas sobre la tal Pilar.
Desde hace décadas, la obra de Pilar Albarracín se vale de estereotipos y clichés patrios (fundamentalmente folklore andaluz) para hacer una crítica ácida y brutal de problemas actuales como la diferencia de género o las desigualdades sociales. Lejos de arengas y proclamas tan manidas como improductivas, ella emplea el arte como medio para sacudir las emociones y llamar la atención sobre una realidad. Escandalosamente. A lo bestia.
Fotografía Pilar Albarracín.
Revolera, 2012
Fotografía Pilar Albarracín
Sin título (Torera), 2009
Aunque su "obra estrella" son las performances y los vídeos, es capaz de tocar todos los palos con cierta gracia para conseguir su objetivo: pintura, fotografía, instalaciones, incluso bordados. Si tuviera que definirla con una palabra, sería "excesiva". En el mejor y más amplio sentido de la palabra.
Dibujo Pilar Albarracín
Serie mujeres barbudas, 1997
Imagen Pilar Albarracín
Mándala (carne), 2004
Realmente hay que ser de otra pasta para hacer un mándala budista de esta guisa y añadir en la descripción un explícito "Bragas sobre lienzo".
Ahora bien, excepto Iniesta, nadie es profeta en su tierra y es por ello que Pilar Albarracín tiene una entrada en la Wikipedia francesa y no en la española.
Para terminar, un detalle curioso. Si bien durante 2012 y 2013 hemos visto como la filosofía buenrollista empapelaba de frases nuestra vida envolviéndola en tonos pastel, aquí os dejo un bordado suyo de 2008 en otra línea de contenido (y continente) algo diferente. Para gustos, colores. A mí el rojo de esta obra y el de la sangre de sus lunares me gustan bastante.
Bordado Pilar Albarracín, 2008